Cuando la lluvia arrecia en la selva

Y pasa que a veces sales de casa con el mejor de los ánimos, muy seguro de que el día soleado le aportará a tu espíritu alegre y trabajador una excelente jornada laboral, y en el momento menos pensado ahí que te sorprende la lluvia diluvial y traicionera y te malogra el día con su antipática presencia...

Es muy usual que en la selva, sobre todo entre los meses de octubre y abril las lluvias aparezcan con fuerte intensidad. Muchos se quejan en estos tiempos, sobre todos aquellos campesinos que ven en juego su esfuerzo derrochado en los campos y también sus cosechas, esto, cuando la lluvia a veces parece adelantanrse o atrasarse a las temporadas ya conocidas por los comuneros.

los conocedores del tiempo e investigadores creen que los diluviales aguaceros se deben a la intensificación de los vientos del norte que concentran mayor humedad en la vertiente oriental de los Andes, haciendo que las precipitaciones lleguen con fuerza en varios territorios amazónicos, aumentando así el caudal de los ríos y muchas veces causando estragos a su paso. Sin embargo, últimamente se le está dando cabida a la hipótesis de que son los territorios con grandes superficies de selva, las que provocarían las lluvias, facilitando en todo caso los factores necesarios para que se den las condiciones de lluvia gracias a un proceso de evaporación, condensación de agua en el bosque, provocando así la caída de la presión atmosférica local; y a su vez, esa caída de la presión atrae aire húmedo, lo que tiene como consecuencia que llueva, y asi irá repitiendose este proseso en una cadena interminable de realimentación. Cierto o no, la lluvia, bien lo sabemos los que convivimos con su presencia, es como la selva misma, amada, odiada y muchas veces temida.